#1 El seguro de vida, una protección vital
Tradicionalmente, y por definición, los seguros de vida protegen económicamente a nuestros allegados frente a nuestro fallecimiento. Gracias a estas pólizas, los beneficiarios del seguro de vida pueden recibir una indemnización ante una eventualidad, protegiéndoles y aportando una notable tranquilidad extra ante sucesos de esta dimensión.
No obstante, los seguros de vida también pueden proteger frente a deudas hipotecarias, como en el caso de los seguros de vida asociados al contrato de hipotecas, así como frente a incapacidades por causa de accidente o enfermedad.
#2 Asegúrate de que el seguro de vida se adapta a lo que necesitas
A la hora de contratar un seguro de vida es esencial tener en cuenta nuestro contexto y nuestra situación personal, de manera que no paguemos más de lo debido, y podamos estar protegidos frente a los riesgos y circunstancias a las que estemos expuestos. En este sentido, lo primero que hemos de tener en cuenta es el capital asegurado, esto es, el valor total que deseamos proteger que es el que recibirán nuestros beneficiarios en caso de fallecimiento. En este sentido, es importante ajustar bien la cantidad que necesitarán los beneficiarios para evitar pagar por coberturas innecesarias. Como recomendación, debemos hacer una previsión de nuestros ingresos y gastos, así como de la cantidad que precisarán nuestros beneficiarios en caso de que se haga efectivo el seguro.
Por otra parte, a la hora de contratar un seguro de vida, también debemos tener en cuenta que la cantidad a pagar dependerá del abanico de coberturas que se contraten, entre las que se pueden incluir además del fallecimiento, una incapacidad absoluta o permanente entre otras.
#3 La confianza marca la diferencia
El seguro de vida es un producto especial, en buena medida, por su carácter a largo plazo, de manera que la confianza que pueda aportarnos la aseguradora resulta clave a la hora de decidirnos por una oferta u otra. Por lo tanto, debemos asegurarnos de que, ante la posibilidad de que ocurra un siniestro que haga efectiva la póliza, la compañía va a ser capaz de responder de acuerdo a nuestras expectativas y a lo estipulado en el contrato.
#4 Pensando en nuestros beneficiarios
A la hora de contratar el seguro se recomienda nombrar a los beneficiarios de forma expresa, con nombre y apellidos, evitando ambigüedades y situaciones confusas.
#5 Registro de contratos de seguros de cobertura de fallecimiento
En este registro, dependiente del Ministerio de Justicia, se puede consultar si alguien es beneficiario de un seguro de vida, así como la entidad con la cual se ha contratado la póliza, ofreciendo garantías y protección a los contratantes y beneficiarios de estas pólizas.
En MetLife somos líderes en seguros de vida y accidentes, y contamos con una amplia variedad de productos para adaptarnos a cada situación, porque somos conscientes de que existen tantas necesidades como personas.
Fuente:www.larazon.es