No, no es el guion de una película, es un caso real, una mujer que manda asesinar a su marido para cobrar los 50.000 euros de su seguro de vida
La mujer pagó 10.000 euros para que asesinaran a su esposo, guardia de seguridad de varios sitios de alterne en el norte de Portugal y Galicia
La Policía Judiciaria (PJ) portuguesa ha detenido a Cátia Outeiro por haber contratado el asesinato de su marido, José Carlos Outeiro, abatido a tiros en el portal de su casa de Chaves el pasado mes de enero. Desde el principio las autoridades lusas sospechaban de la viuda, pues era sabido que su relación con el fallecido era tensa, y que el matrimonio estaba a punto de divorciarse. Esa tesis llegó a cobrar mayor peso cuando, pocas horas después del funeral del difunto, Outeiro fue vista cenando y luego saliendo de fiesta con su amante.
Ante las irregularidades en su testimonio y la aparente frialdad con la que reaccionó a la muerte de su esposo, la Policía ordenó el seguimiento de la mujer. Se sospechaba que la viuda había decidido acabar con la vida de su marido para cobrar la póliza de seguro de vida del fallecido, valorada en 50.000 euros, a la cual no podría habría accedido de haberse llevado a cabo la disolución del matrimonio.
En los meses posteriores las autoridades han podido establecer que la mujer planificó el asesinato de su marido, que trabajaba en la producción de vidrio en Chaves y pasaba las noches de guardia de seguridad de un conocido club de alterne de la ciudad gallega de Verín. Según los investigadores policiales, poco antes del asesinato, Outeiro entró en contacto con Ricardo, un joven desempleado al que convenció para que actuara de sicario. La víctima fue alcanzada mientras salía de casa la mañana del 17 de enero; el sicario, de apenas 25 años de edad, le disparó con una escopeta de caza y el tiro a quemarropa le alcanzó el pescuezo, acabando con su vida en el instante.
La Policía dio con Ricardo pocas semanas después de la comisión del crimen, pero tanto él como Cátia negaron haber participado en el mismo. Sin embargo, el rumbo del caso cambió definitivamente cuando la novia del sicario reveló haber sido testigo accidental del crimen. La mujer sospechaba que su novio le era infiel y decidió seguirle la mañana del asesinato, esperando descubrirlo con su amante. En su lugar, vio como Ricardo esperaba en el portal de José Carlos y le pegaba el tiro fatal.
En las búsquedas realizadas en las casas de los implicados se hallaron numerosas pruebas que les vinculaban al crimen, entre ellas la escopeta de caza utilizada para acabar con la vida de la víctima. La Policía también ha podido obtener mensajes entre los acusados que dejan claro el papel de ambos en el asesinato.
Cátia y Ricardo actualmente se encuentran detenidos en las cárceles de Santa Cruz do Bispo (Matosinhos) y Chaves, respectivamente, a la espera de la celebración del juicio por asesinato premeditado. La familia de Outeiro se ha hecho cargo del hijo menor del fallecido y la mujer que ordenó su muerte.
Fuente:www.elmundo.es